Ser padres de un niño con dislexia constituye una vivencia llena de retos y preocupaciones. Es difícil ver cómo tu hijo se esfuerza en el Colegio, cómo aparece la frustración y cómo, poco a poco, su autoestima se ve afectada. Cada tarea de lectura o escritura que debería ser sencilla se convierte en una fuente de ansiedad, y a menudo, es doloroso ver cómo la confianza en sí mismo se va debilitando. En este artículo te contamos cómo afecta Emocionalmente la Dislexia a los escolares, ya que el desgaste emocional presenta un elevado coste en el día a día, tanto a nivel personal como social, familiar y escolar.
La dislexia no solo afecta el rendimiento académico de tu hijo; también impacta su vida emocional y social. Es posible que te preguntes cómo ayudarlo a superar estos desafíos, cómo proteger su autoestima y cómo asegurarte de que se sienta apoyado en un entorno que a veces puede ser incomprensivo.
En este artículo, abordaremos cómo la dislexia afecta a tu hijo en diferentes áreas de su vida, desde la escuela hasta su bienestar emocional. Queremos darte una visión clara de lo que está viviendo y ofrecerte herramientas y estrategias que te ayuden a brindarle el apoyo que necesita para superar estas dificultades y fortalecer su confianza en sí mismo.
¿Cómo afecta Emocionalmente la Dislexia?
La dislexia tiene un impacto profundo y multifacético, afectando el rendimiento académico y el bienestar emocional, social y personal del alumnado. En el ámbito académico se presentan dificultades para aprender a leer y escribir, lo que genera una elevad frustración y les lleva a desarrollar una baja autoestima.
Emocionalmente, los escolares con dislexia a menudo experimentan niveles elevados de ansiedad y estrés debido a la constante presión que sienten al enfrentarse a los contenidos curriculares que para ellos son especialmente complejos. Cada tarea de lectura, escritura o comprensión puede ser un recordatorio de sus dificultades, lo que genera un sentimiento de angustia al saber que, a pesar de sus esfuerzos, el progreso puede ser lento y frustrante. Además, el miedo constante a ser ridiculizados por sus compañeros o incluso a recibir comentarios negativos de sus maestros añade una capa adicional de estrés. Este temor a ser expuestos frente a los demás por no poder cumplir con las expectativas puede hacer que se sientan inseguros y vulnerables, lo que puede afectar profundamente su bienestar emocional y su disposición para participar en las actividades escolares.
En el ámbito social, las dificultades de comunicación que presentan los niños con dislexia pueden llevar a un aislamiento significativo, ya que la frustración y la inseguridad les dificulta participar en conversaciones, juegos y actividades grupales. Esto puede hacer que se sientan diferentes o incomprendidos, lo que a su vez puede dificultar la formación de amistades y conexiones con sus compañeros. Además, estos problemas de comunicación no solo afectan sus relaciones con otros niños, sino que también pueden crear barreras en la interacción con sus maestros, quienes podrían no entender completamente las necesidades y necesidades específicas que estos alumnos presentan, lo que podría resultar en malentendidos o en una falta de apoyo adecuado.
Dislexia y Autoestima
La dislexia puede impactar de manera directa en la autoestima de los más pequeños, afectando tanto su vida emocional como social. Con frecuencia, el alumnado que presenta dislexia se compara con compañeros que no tienen dificultades para leer y escribir, lo que hace que se sientan menos capaces. Esta percepción puede generar frustración y desesperanza cada vez que se enfrentan a tareas académicas que les suponen mucho esfuerzo y no ven progresos claros.
Algunos estudios sugieren que la dislexia está vinculada con una baja autoestima, así como con mayores niveles de estrés y ansiedad. Sin embargo, los problemas emocionales asociados a la dislexia no son causados directamente por el trastorno en sí, sino por las experiencias que las personas con dislexia enfrentan desde la infancia. Estas experiencias influyen en su autopercepción y en cómo son vistos por quienes los rodean.
Dislexia y autopercepción
La dislexia puede tener un impacto significativo en la autopercepción de quienes la padecen.
El alumnado con dislexia a menudo se sienten menos competentes debido a sus dificultades académicas, lo que puede disminuir su autoestima y llevar a una autoimagen negativa.
Estos problemas pueden hacer que las personas perciban sus dificultades como defectos personales, en lugar de considerarlas como desafíos específicos que necesitan enfoques de aprendizaje distintos.
Además, el entorno puede agravar estos sentimientos con comentarios negativos, burlas y falta de comprensión por parte de compañeros y adultos. Esto puede reforzar la sensación de ser «diferente», aumentando el aislamiento y la inseguridad.
A pesar de las dificultades, muchas personas con dislexia logran tener una autoimagen positiva al centrarse en sus habilidades especiales, como pueden ser la creatividad y la habilidad para resolver problemas. Con el apoyo adecuado, pueden fortalecer su autoestima y aprender a ver sus desafíos desde una perspectiva más equilibrada y optimista.
Dislexia y Ansiedad
Cuando nos encontramos en situaciones donde tenemos poco o ningún control, es natural sentir estrés y ansiedad. Esto le sucede a cualquier persona, sin importar su edad. Sin embargo, las personas con dislexia son especialmente vulnerables a estas emociones.
El alumnado que presenta dislexia suele pasar años enfrentándose a la frustración y al poco éxito. Su progreso puede ser lento y desesperante, lo que les hace emocionalmente frágiles y vulnerables.
Algunas de las características que nos permiten identificar la ansiedad en el alumnado son las siguientes:
- Ansiedad de Rendimiento: los niños con dislexia pueden experimentar una ansiedad significativa relacionada con el rendimiento académico. Esto puede incluir el miedo a los exámenes, las pruebas y cualquier actividad que implique lectura o escritura.
- Evitar Situaciones Desafiantes: para manejar la ansiedad, pueden evitar situaciones que les resulten difíciles, como puede ser el caso de leer en clase o participar en actividades grupales. Esta evitación puede desencadenar un ciclo negativo de aumento de la ansiedad y disminución de la participación tanto académica como social.
- Síntomas Físicos: la ansiedad puede manifestarse a través de dolores de estómago, dolores de cabeza, palpitaciones o problemas para dormir. Estos síntomas pueden ser una señal de la ansiedad subyacente relacionada con sus dificultades de aprendizaje.
- Comportamiento Cambiante: este alumnado puede mostrar cambios en su comportamiento, como irritabilidad, llanto frecuente, rabietas o retraimiento social. Estos comportamientos pueden ser una forma de expresar su ansiedad y frustración.
- Dificultad para Concentrarse: la ansiedad puede dificultar la concentración y el enfoque en las tareas académicas. Los niños pueden parecer distraídos o desinteresados, pero en realidad, están luchando con una ansiedad subyacente.
Dislexia y conducta
La dislexia puede influir significativamente en la conducta de los niños, manifestándose de diversas formas debido a los desafíos que enfrentan en su aprendizaje y en la interacción con su entorno. A continuación se describen algunas maneras en que la dislexia puede afectar la conducta:
- Frustración y Comportamientos Desafiantes: el alumnado con dislexia a menudo experimenta frustración debido a sus dificultades con la lectura y la escritura, lo que puede llevar a comportamientos desafiantes, como resistencia a realizar tareas escolares, discusiones con maestros o padres y actitudes negativas hacia el aprendizaje. Esta frustración también puede llevar a reacciones emocionales intensas, como llanto, ira o conductas disruptivas en el aula.
- Evitar Situaciones Difíciles: pueden intentar evitar actividades que impliquen lectura o escritura, ya que estas tareas les resultan particularmente difíciles y estresantes, lo que puede incluir fingir enfermedades, buscar excusas para no asistir a la escuela o negarse a participar en actividades específicas. Además, algunos niños pueden evitar situaciones sociales que podrían exponer sus dificultades, como leer en voz alta o participar en juegos que requieran habilidades de lectura, llevando a un aislamiento social.
Comportamiento Defensivo: este alumnado puede desarrollar una actitud defensiva como mecanismo de protección frente a la crítica o el ridículo, reaccionando de manera agresiva o desafiante cuando se sienten amenazados o avergonzados. Además, son particularmente sensibles a los comentarios negativos y pueden percibir críticas incluso cuando no están presentes, lo que puede desencadenar reacciones emocionales intensas.
La dislexia es mucho más que una dificultad académica; es una experiencia que afecta profundamente el bienestar emocional de los niños que la padecen. La frustración, la ansiedad y el estrés son compañeros constantes en su día a día, impactando su autoestima, su autopercepción y sus relaciones con los demás. Sin embargo, con el apoyo adecuado, es posible ayudarles a desarrollar la resiliencia necesaria para enfrentar estos desafíos y construir una autoestima sólida.
Como padres, maestros y profesionales, es fundamental que comprendamos las complejidades emocionales de la dislexia y actuemos para ofrecer un entorno de comprensión y apoyo. Al hacerlo, no solo ayudaremos a los niños a mejorar sus habilidades académicas, sino también a fortalecer su confianza y bienestar emocional, lo cual es esencial para su desarrollo integral.
Si te preocupa cómo la dislexia está afectando emocionalmente a tu hijo, no dudes en buscar asesoramiento profesional. La identificación y el apoyo adecuado pueden marcar una gran diferencia en su vida.
Artículo escrito por:
Carla Cortés & Juan José Millán I www.dislexiamadrid.es